El Rev. Alberto Valderrama es el Pastor del Ministerio Hispano desde Febrero 15, 2015. Está casado con Yudith y tienen 2 hijos. Ha sido Pastor desde 1980 en su país natal Venezuela y actualmente cursa estudios de Maestría en Estudios Teológicos en el Seminario Teológico Bautista del Suroeste de Fort Worth, Texas.
Testimonio
El Pastor Alberto Valderrama nació y creció en Caracas DC, Venezuela.
Es el segundo de 4 hermanos.
Fueron una familia feliz hasta que un día su papá regresó del trabajo diciendo que lo habían despedido por reducción de personal en la compañía.
Desde ese día, su padre, comenzó a tomar licor hasta convertirse en alcohólico.
Vivieron tiempos difíciles porque todo el dinero que ganaba lo gastaba en alcohol y pasaron tiempos muy difíciles. Su mamá sufría todas estas cosas en silencio.
El Pastor Alberto no era feliz. Sentía un vacío en su vida. Trató de llenarlo pasando más tiempo con sus amigos, practicando deportes o simplemente hablando con ellos. A pesar de no ser una mala persona, ese vacío continuaba en su vida.
Nada podía darle la paz que necesitaba.
Un día, una de sus tías vino a visitarlos y le preguntó si podía hablar él un momento. Aunque él no pasaba mucho tiempo en casa, solo iba a comer y a dormir, ese día, por alguna razón, estaba allí. Ella comenzó a decirle lo mucho que Dios le amaba y que Él envió a Su Único Hijo a morir en la cruz por él y que resucitó al tercer día para perdonar sus pecados y cambiar su vida.
El no recuerda haber escuchado eso en la iglesia a la que acostumbraba a ir.
Solo sabía que Dios los enviaría al infierno si no confesaba sus pecados al sacerdote y, en vez del infierno, ir al purgatorio y que debía comulgar los domingos y obedecer los mandamientos.
Ese día le dio su vida a Jesucristo y lo aceptó como su Señor y Salvador.
Tenía 14 años cuando lo hizo.
Después de entregar su vida al Señor Jesús, salió a mirar hacia la calle y pudo ver los colores mucho más brillantes que antes. El cielo era más azul. Los árboles más verdes. Todos los colores tenían un brillo espectacular. Pero lo más importante fue que ese vacío que había en su vida se fue por completo. ¡Ya no lo sentía!
Sus padres, con el tiempo, también dieron sus vidas al Señor y pudo notar un gran cambio en sus vidas. Su papá, de una manera milagrosa, dejó de beber alcohol y se recobró de su adicción.
Después de haber dado su vida a Cristo ha enfrentado diversos problemas, pero Dios siempre ha estado a su lado y Le ha dado las fuerzas para superarlos.